El Parque Natural de Urbasa-Andía, en Navarra, se convierte en un espectáculo visual durante el otoño. Sus bosques caducifolios se tiñen de rojos, ocres y dorados, ofreciendo un entorno ideal para el senderismo y la fotografía de naturaleza.
Una de las rutas más populares es la que lleva al Nacedero del Urederra, un manantial de aguas turquesa que emerge entre hayas centenarias. El recorrido es accesible y cuenta con señalización, pasarelas y áreas de descanso.
Además de sus valores paisajísticos, Urbasa destaca por su biodiversidad. En otoño, es posible observar ciervos en berrea, aves migratorias y una gran variedad de setas, lo que atrae a micólogos y aficionados al avistamiento de fauna.
El parque ofrece diferentes niveles de dificultad, desde paseos familiares hasta ascensos más exigentes por crestas y lomas. Todas las rutas están reguladas para proteger el entorno y garantizar una experiencia segura.
Las condiciones meteorológicas en esta época del año suelen ser frescas y estables, ideales para caminar sin agobios de calor. Se recomienda llevar calzado adecuado, agua y respetar las normativas del espacio protegido.
Visitar Urbasa en otoño no solo permite desconectar de la rutina, sino también reconectar con la naturaleza en uno de los paisajes más impresionantes del norte peninsular. Una experiencia imprescindible para los amantes del senderismo.