Madrid ofrece más que su vibrante vida urbana. A menos de una hora en tren, se encuentran pueblos llenos de historia, gastronomía y paisajes que invitan a una escapada perfecta de fin de semana. Aquí presentamos cinco destinos con encanto al alcance de un billete de Cercanías.
Chinchón, con su famosa plaza mayor porticada, es ideal para disfrutar de una comida tradicional y recorrer sus callejuelas empedradas. El tren hasta Aranjuez y luego un corto trayecto en autobús lo hacen fácilmente accesible.
El Escorial combina patrimonio monumental con naturaleza. Su monasterio es Patrimonio de la Humanidad, y sus senderos permiten caminatas suaves entre pinares. El tren directo desde Chamartín facilita la visita en un día.
Manzanares el Real, a los pies de la Sierra de Guadarrama, ofrece castillos medievales y rutas de senderismo. Aunque requiere combinar tren y autobús, el entorno natural compensa con creces el esfuerzo.
Aranjuez, con sus jardines reales y su historia palaciega, es un destino clásico. El tren directo tarda apenas 45 minutos y permite explorar un patrimonio riquísimo sin prisas.
Cercedilla, en la zona norte, es punto de partida de múltiples rutas en la Sierra y en invierno se convierte en paraíso para los amantes de la nieve. El ambiente de montaña y su gastronomía casera enamoran.
Estas escapadas son una forma accesible y sostenible de descubrir la riqueza cultural y natural que rodea la capital. El tren, además de práctico, ofrece una experiencia tranquila para disfrutar del trayecto y desconectar del bullicio urbano.