Cuenca, conocida por sus casas colgadas y su paisaje escarpado, ha sumado un nuevo atractivo a su oferta cultural: una ruta de arte moderno que integra esculturas y obras contemporáneas en pleno entorno natural. Una fusión sorprendente entre piedra y creatividad.
El proyecto, impulsado por la Fundación Antonio Pérez y el Ayuntamiento, propone una serie de intervenciones artísticas al aire libre en el entorno del casco antiguo y el Parque Natural de la Serranía. La idea es expandir el museo más allá de las salas convencionales.
Entre las piezas más llamativas se encuentra una estructura de acero oxidado suspendida entre dos riscos y una instalación sonora que interactúa con el viento y la luz del cañón del Huécar. Estas obras han sido creadas por artistas españoles e internacionales.
El recorrido permite al visitante descubrir puntos poco transitados de la ciudad, como antiguos senderos pastoriles o miradores naturales, ahora reinterpretados como espacios de contemplación artística.
La propuesta también incluye actividades pedagógicas: visitas guiadas, talleres infantiles y ciclos de conferencias sobre arte contemporáneo en contextos rurales. Se busca así fomentar el diálogo entre la población local y el mundo del arte.
Además del impacto cultural, el proyecto tiene un componente turístico importante. Hoteles y restaurantes de Cuenca han comenzado a notar un incremento de visitantes interesados en propuestas diferentes y sostenibles.
Con esta iniciativa, Cuenca reafirma su vocación como ciudad creativa, demostrando que la modernidad y la tradición no solo pueden convivir, sino inspirarse mutuamente en un entorno privilegiado.